23.6.17

Dormí con más tipos que con los que tuve sexo. Sí, dormí. Varias noches tuve ese momento platónico de dormir abrazada a alguien que me gustaba pero que, por distintas razones, no lográbamos pasar del momento de besos y abrazos –y algún que otro toqueteo-. Desde un “-no tengo preservativos” hasta el “-tomé demasiado y no puedo”, las veces que dormí de noche con un muchacho no superaron el abrazo cucharita para pasar el frío.

El sexo siempre era de mañana o de tarde, nunca de noche; y por ende, nunca llegaba el momento de dormir juntos, porque así como era de efímero el orgasmo, era el hecho de compartir el mismo espacio físico. Por eso siempre esos momentos los vi más relacionados a dormir “relajada”. Sin embargo, dormir sin tener sexo, siempre me dejaba al día siguiente el gusto amargo de la incomodidad del “pudo haber pasado algo, pero no pasó, ¿para esto me quedé acá? Me quiero ir a mi casa”, seguido de un “-te acompaño a tomar el colectivo” y un raro beso de despedida que sabías que era el fin de la noche, porque nunca más ibas a volver a dormir con el mismo, y mucho menos, a estar cerca de tener sexo.
Casi siempre eran amigos de amigos, que nos presentaban porque creían que porque ambos gustábamos de las mismas películas o de las mismas bandas, íbamos a poder construir una relación en base a lo que habláramos una noche antes de que me inviten a quedarme a dormir..

Nunca esperé realmente que pasemos de los besos y abrazos, mejor dicho, nunca me desesperé, pero llegaba ese momento complicado en que ya se habían apagado las ganas, la idea inicial se caía y sentía que quedarme era solamente algo que evitaba que volviera a mi propia cama a las cinco de la mañana, cuando había dos grados bajo cero… Aunque creo que volver en medio del frío iba a ser casi lo mismo. Sí, la cama acompañada, con una espalda rozando la mía iba a producirme calor, pero aun así el frío seguía entre nosotros, porque una pared invisible y fina separaba nuestros cuerpos, apostando a que no iba a pasar más de lo que ya había –no- pasado.


Así es como aprendí a, de a poco, empezar a superar el estrés de al día siguiente levantarme en una cama ajena, completamente despeinada y con necesidad urgente de lavarme los dientes, sabiendo que la persona que tenía al lado iba a verme en pijama por primera y última vez, y que ahí terminaba nuestra aventura. Porque no, no estaba en nuestros planes volver a dormir como extraños, no estaba en nuestros planes hacer de cuenta de que en serio íbamos a tener sexo, sabiendo que el universo no tenía ganas de todo eso vuelva a suceder. 

22.7.16

Me dejaste quererte, ¿por cuánto? ¿un mes?
Después de eso nos dimos cuenta que no había futuro ni continuación si no decíamos la verdad.
La verdad de no poder dejar ir a alguien que ya no estaba más.
Porque no te era suficiente mi atención y sólo deseabas que yo fuera alguien más.
Un alguien que no era y que nunca iba a ser. Porque yo te quería siendo yo, no otra persona.
Pero vos no querías querer a nadie que no fuera esa persona que te había dejado un día lluvioso, sin paraguas.
Te gustaba la lluvia, si, pero más te gustaba compartirla con alguien.. No conmigo.
Dejamos atrás todo eso y seguimos creyendo que no nos iba a importar.
Pero en realidad si, si importaba. O al menos a mí. Que poco a poco me fui dando cuenta que si me importaba que cambies mi nombre para sentirte mejor.
No, no me podes llamar como vos quieras, pero tampoco quiero que me llames por mi nombre si no lo sentís realmente.
Dejé de gastar energía en querer a alguien que no quiere querer a nadie que no sea esa persona que no deja ir.
Soltar, te dije una vez, creyendo que ibas a poder.
Pero hoy me di cuenta que yo debo soltar. Soltar(te) y querer(me) porque si no, terminaría convirtiéndome en vos, y nunca estuve tan cerca de no querer ser alguien más. 

4.10.15

Scream Queens y la violencia del Siglo XXI

Después de meses de publicidad a través de las distintas redes sociales, se estrenó Scream Queens, la nueva serie de Ryan Murphy, el afamado director de Glee y American Horror Story. Con casi 4 millones de espectadores en su primer capítulo, y siguiendo una línea oscura que intenta ser similar a la de AHS, la nueva serie presenta personajes femeninos protagónicos un tanto fuertes y controversiales.

En la casa Kappa, una hermandad universitaria, seis chicas tienen que escapar de un asesino disfrazado de diablo rojo, quien en cada capítulo va dejando nuevas víctimas. Además, hay un trasfondo aún más tétrico, relacionado a un personaje –del cual todavía no se sabe su verdadera identidad- hijo de una joven a la que sus compañeras dejaron morir 20 años atrás, luego de dar a luz en una bañera, durante una fiesta.

Se presenta como una historia de “venganza” aún indefinida, teniendo en cuenta que todavía no se sabe quién es el asesino ni mucho menos por qué intenta matar a chicas en el 2015. No son las mismas que estuvieron 20 años atrás ni tampoco se sabe si el asesino es realmente el hijo de aquella joven que murió. Con un leve dejo de ironía y tragicomedia, esta serie puede ser lo que algunos adolescentes necesitaban por parte de este director, quien no para de generar éxitos. Empero, hay una realidad detrás de todo esto; actualmente los casos de violencia de género siguen en aumento, tanto acá como en Estados Unidos –país de procedencia de la serie, donde cada año, alrededor de 1600 mujeres son asesinadas por hombres, según un informe del Centro de Políticas sobre Violencia- y en cierto punto, esto se ve más fomentado que erradicado en cada nuevo episodio.

Las protagonistas son chicas de entre 18 y 21 años que viven de la fiesta, el alcohol, el sexo y los lujos. Son jóvenes y audaces y creen llevarse el mundo por delante. Tanto ellas como la joven tranquila que llegó a la hermandad sólo para honrar la memoria de su madre muerta, corren peligro; así como también como toda mujer que se encuentre en el medio del camino del diablo, puede sufrir las consecuencias. En un principio se intentó mostrar una crítica  hacia estas chicas y sus temperamentos, poniéndolas en un lugar de tontas y superficiales que merecen morir de maneras trágicas y dolorosas, y se intentó jugar con el público para que las deteste a pesar de lo glamorosas que puedan ser; pero pronto la muerte mostró otra cara: sólo mueren mujeres. El único hombre atacado fue el personaje de Nick Jonas, quien al final del capítulo apareció vivo, demostrando que su muerte solo había sido una mentira.

Los actores tratan de alejarse de esa imagen que tiene la audiencia de los personajes típicos de las series; intentan buscar una complicidad a través de una manera de ser más acercada a la realidad con las frases que utilizan y también con la manera en la que actúan o desempeñan su papel. Pero no todo es color de rosa después de las actuaciones; las constantes muertes son ocultadas tanto por la líder de la hermandad –Chanel, el personaje de Emma Roberts-, una frívola y narcisista que sólo parece preocuparse por ella, por su ropa y por su novio; como también por todas las chicas que viven en la casa y día a día intentan o descubrir quién quiere acabar con sus vidas, o seguir como si nada estuviera sucediendo y disfrutar de la fiesta que les brinda la universidad a la que asisten.

Ryan Murphy se caracterizó por defender a los nerds y a los geek en la serie Glee, dándoles un protagonismo que a nivel mundial hizo que cambiara la situación crítica en la que se encontraban. No obstante, en esta nueva entrega vuelve a poner en tela de juicio el lugar que ocupan las nerds y las chicas populares, mezclándolas bajo el mismo techo; pero eso no excluye a ninguna de ser asesinada.

Las constantes muertes de mujeres en esta serie siguen en aumento, y no parece algo que fuera a preocupar al espectador, quien sigue alabando la nueva creación de Murphy y muestra una especie de fanatismo por las protagonistas. Pero hay una verdad que no se puede ocultar: son mujeres las que siguen muriendo, a manos de alguien que no se sabe quién es; sin alejarse mucho de la realidad, la violencia de género sigue en aumento y tal vez, más que mostrar cómo matan a un grupo de jóvenes de una hermandad, por más histéricas que sean, habría que dejar en claro que es algo que se debe frenar y no fomentar, ni siquiera a través de una satírica comedia dramática norteamericana. 

4.6.15

#NiUnaMenos



Lo que podría haber sido una tarde soleada de miércoles como cualquier otra en el Congreso de Buenos Aires, el 3 de junio se tornó en una búsqueda de justicia y reconocimiento. La convocatoria #NiUnaMenos se hacía presente en la plaza. Promulgada por periodistas mujeres a través de las redes sociales, tuvo como puntapié inicial el asesinato de Chiara Paez, una joven de 14 años. Por este y todos los femicidios, varias ciudades de Argentina se sumaban con sus propias movilizaciones, aún estando lejos del centro porteño.

A las cuatro y media de la tarde, todas las calles que rodeaban al Congreso ya estaban llenas. Aún pidiendo permiso era difícil llegar, e incluso casi imposible. La convocatoria estaba programada para las cinco, pero desde temprano podía verse cómo las calles se iban llenando. 

Grupos políticos, de teatro, familias con carteles, mujeres, jóvenes e incluso hasta algún que otro hombre, decían presente para pedir por justicia por las víctimas de femicidio, exigir educación sexual para evitar que se repitan estos casos y también para erradicar la trata de blancas.

A medida que los minutos pasaban, las calles se llenaban más y más. Los carteles de familias pidiendo justicia se extendían a lo largo del camino; como así también las mujeres que levantaban los brazos para mostrar frases como “si te quiere no te pega” o “yo elijo qué manos me tocan” y otros que seguían la misma línea. Mujeres parándose frente a todas las cámaras, contaban su historia y buscaban que otros las conocieran; el pudor desaparecía entre toda esa multitud porque lo más importante para ellas era darse cuenta que no estaban solas en lo que les había pasado o incluso todavía les pasaba.

Entre todos los carteles, un grupo de chicas decidió poner su granito de arena armando la figura de una mujer “decorada” con los conocidos volantes con números de teléfono que aparecen pegados en las calles y postes de luz de la ciudad, sostenían que “es un problema social que debe erradicarse desde abajo, desde lo que sería la educación que es lo fundamental y primordial. Hoy vinimos para apoyar la causa porque es importante decir presente y que se siga; es la primer semilla que estamos sembrando y tiene que crecer con la ayuda de todos”.

A las seis de la tarde, por micrófono anunciaban que la movilización había finalizado y que debían empezar a despejar la plaza, pero aún así la gente seguía concentrada en el lugar, como si no hubieran escuchado. Todos mantenían los brazos en alto y caminaban para ver y dejarse ver. Nadie tener ganas de irse y mientras más te adentrabas en la multitud, te encontrabas con más gente que hablaba del tema; frases sueltas como “si el Papa fuera mujer, el aborto sería ley” se escuchaban por el aire, pronunciadas por mujeres que sostenían que “el aborto ilegal también es una forma de femicidio, porque hay mujeres que mueren todos los días por mala praxis”.

También podía verse  hombres, aunque no muchos. La mayoría acompañaban a mujeres o se encontraban en un grupo rodeados de ellas, pocos llevaban carteles por su propia cuenta; pero uno en particular llamaba la atención, “perdón” se leía bien en alto: “básicamente es para pedirle perdón a todo el género femenino por haber reproducido la opresión hacia ustedes desde siempre. Más allá del femicidio, es importante que se vea la violencia machista en todos los ámbitos, tanto privado como público, en los medios por ejemplo, que no paran de reproducir el machismo y lo único que hacen es generar estereotipos que no se pueden cambiar o que no nos permiten cambiar: con Tinelli cortándole la pollerita a las mujeres que bailan o con Del Sel proponiéndose como candidato después de haber utilizado su machismo para conseguir popularidad; básicamente, perdón por eso”; respondía el dueño del papel blanco con letras negras. 

Quienes no llevaban carteles, se limitaban a sacar fotos o preguntar el porqué de algunas frases. Otros simplemente preferían actuar para mostrar su punto de vista. Muchos grupos de teatro de diferentes zonas de la provincia, eligieron hacer puestas en escena en vivo, para que todos los presentes pudieran ver. Uno en particular decidió actuar mientras estaban pintados de plateado, porque representaban al Grupo de Teatro Las Estatuas de San Miguel; hombres y mujeres simulaban ser parejas donde el hombre golpeaba a la mujer, hombres gritándoles a mujeres por la calle o simplemente mujeres pintadas que representaban haber sido golpeadas. “Con nuestro arte buscamos una manera de aportar a la concientización desde el teatro, desde una plaza, desde una estatua o desde el lugar que nos toque; creo que tenemos la posibilidad de llegar a las personas de un modo distinto”, aseguraba Diego Goethe, el director de esta actuación. 

Al caer la noche, todos habían encontrado su propia manera de representar lo que buscaban en esa plaza. Ambos sexos y de todas las edades caminaban dispuestos a hablar y dejar sacarse fotos, sabiendo que todos buscaban lo mismo; “que la sociedad pueda cambiar y dejemos de caminar con miedo, temiendo que el hombre que nos mira y nos dice cosas, se nos acerque y nos ataque” aseguraba una joven que levantaba un cartel que decía “lo que para vos es un ‘piropo’, a mi me da miedo”.

7.6.14

Septième Art

Los inicios y lo que siguió
Enamorarse es sentir mariposas en la panza, temblor en las rodillas y que tu corazón lata más fuerte de lo normal. Cuando uno escucha las palabras amor, flechazo o enamoramiento, piensa automáticamente en una persona. Yo pienso en el amor que hace que día a día me sienta viva, feliz, y que está siempre que lo necesito…
Amor para mí es esperar meses a que se estrene una película, es sentir mariposas en la panza cada vez que veo un tráiler o escucho una canción relacionada con alguna escena o personaje.
El cine apareció con los hermanos Lumière el 28 de Diciembre de 1895, cuando proyectaron la salida de los obreros de la fábrica de Lyon, la destrucción de un muro y la partida de un barco. George Méliès fue el pionero del espectáculo con Viaje a la Luna. A ellos, a ellos les debo mi pasión.
Mamá siempre me cuenta que cuando estaba en la panza, ella miraba películas que yo ‘escuchaba’ y supone que ahí empezó todo. A los dos años (según ella) vi mi primer película. No entendía mucho de qué se trataba, pero creo que como todos los niños, era la película que debías ver si tenías esa edad. Cuando tenía tres años vi a escondidas de ella una parte de Poltergeist III; creo que nunca voy a poder borrar de mi cabeza la imagen de la pequeña protagonista, parada frente a un espejo mientras usaba un pijama colorado. Mamá no me dejaba ver películas de terror, pero aún así me las ingeniaba para verlas. Algunas como La Llamada fueron grandes arrepentimientos, ya que tuve pesadillas por casi dos meses con la protagonista.
Crecí viendo mil y un películas; de amor, de comedia, de drama, de terror; nada que nadie haya hecho antes, definitivamente. A los diecisiete años con un poco de ayuda de alguien amante del cine, me di cuenta que realmente era algo que yo también amaba, que siempre había estado ahí oculto y que estaba saliendo a la luz. 
Después de dieciocho años, no puedo decir exactamente cómo fue el primer encuentro con el cine, pero sí puedo decir cómo me acompañó en mi vida. Hubo películas que vi cuando ni siquiera hablaba, y hasta el día de hoy las recuerdo por cómo me marcaron.
Ya de más grande y con más conciencia de todo lo que estaba a mí alrededor, comencé a prestar más atención a lo que veía.
Cursos, clases en el colegio o en la facultad, siempre disfrutaba de saber más del tema. Dicen que cuando una persona quiere saber más de algo en particular no para hasta querer saberlo todo, y sé que es eso lo que me pasó, me pasa y siempre me va a pasar.

El Género
El cine de Culto es uno de mis preferidos, de esos géneros para los que no hay día, ni horario ni mucho menos estado de ánimo. Siempre va a ser el mejor momento para disfrutar de Boyle, Fincher, Kubrick, Tarantino que nos deleitan con Trainspotting, Fight Club, A Clockwork Orange, Kill Bill y mil clásicos más infaltables en cualquier filmoteca, los cuales tienen como objetivo hacernos volar y que en nuestras mentes quede dando vueltas un mensaje, el cual si vimos la película con atención vamos a entender y si no, tendremos que mirar una y otra vez hasta comprenderlo.
Pero no todo es convencionalismo estético o narrativo, Allen también fue uno de los grandes encargados de hacerme amar el séptimo arte haciéndome dar cuenta de que en hay mucha magia en la vida, y que sólo hay que saber ver más allá de lo que nuestros ojos miran. Que las ciudades son más hermosas de lo que podemos ver a través de sus edificios, que hay secretos ocultos, verdadera magia oculta.
Las rom-com son aquellas tan odiadas por quienes aseguran mirar ‘buen cine’. Pero, ¿qué es el buen cine? Si hay algo que hay que aprender, es que no existe el buen cine o el mal cine, en este mundo todo es subjetivo y lo que para algunos puede ser bueno para otros es terrible. Una buena comedia romántica por tonta que sea nunca le viene mal a nadie. A todos nos gusta de vez en cuando creer un poco en los cuentos de hadas y en el amor verdadero y desear que Justin Timberlake sea nuestro amigo con derechos o que Ryan Reynolds acepte ser nuestro falso fiancé para que no nos saquen la visa.
El terror también estuvo siempre presente. Aunque no me considero una fanática del género, admito que de vez en cuando es bueno tener un poco de miedo a la oscuridad o a caminar sola por un lugar lúgubre. Los espíritus y fantasmas suelen ser mis protagonistas favoritos si se trata de esto, aunque un vampiro que ataca a mitad de la noche o una horda de zombies de vez en cuando también es bienvenido.
Y el drama, aquello que incluye risas y llanto de la misma manera que hasta locura. Aquellas películas que nos replantean nuestra vida desde una mirada más real, nos hacen pensar si estamos haciendo bien las cosas o no, buscan psicologearnos desde una perspectiva ficcional para que apliquemos en nuestra vida lo que nos ‘enseñan’.

Mi Vida y mis Géneros
Una de las películas que más me marcó fue la que mencioné más arriba, la primera que ví, El Rey León. Como a muchos, la muerte de Mufasa fue una de las escenas más traumáticas de la infancia, pero a mí me traumó más que a muchos, creo. Lo mismo pasó con Tarzán. Disney se encargó desde chicos de hacernos dar cuenta de que no todo en esta vida es color de rosa, aunque Cenicienta termine casándose con el príncipe azul.
Crecer sin alguien esencial en tu vida a veces es más duro de lo que pueden llegar a imaginarse y hace que nos demos cuenta lo efímero que es todo, lo rápido que pueden pasar los momentos, las escenas. Saber disfrutar de un buen minuto es vivir realmente.
Diferentes películas estuvieron presentes en diferentes momentos de mi vida, ya sea por lo ansiosa que estaba por verlas, por lo mucho que se asemejaban a mi realidad o por lo mucho que deseaba que se convirtieran en ella.
The Last Song es aquella película que veo dos veces cada Junio desde que se estrenó porque sé que voy a llorar de principio a fin extrañando a alguien que casi no conocí; He’s Just Not That Into You, Mean Girls o Stuck in Love son las que veo cuando siento que tengo que el corazón roto; Before Sunrise cuando quiero creer que el amor verdadero existe y que hasta en un tren puedo encontrarlo; The Breakfast Club o Cruel Intentions están presentes cuando quiero compenetrarme con una trama sin que después me auto-cuestione; The Shining, Psicosis, Donnie Darko están cuando quiero que mi cabeza vuele sin sentimientos; y nunca puede faltarme alguna de Judd Apatow cuando sólo quiero reír reír y reír.
Si de algo estoy orgullosa, es de saber qué película es ideal para cada momento de mi vida, para poder vivirlo y sentirlo. Saber qué ver cuando quiero llorar, cuando quiero sonreír de felicidad o reír porque alguien se cayó, cuando quiero estar feliz porque el protagonista consiguió el trabajo de sus sueños o gritar de miedo porque hay un fantasma en la casa. Pero eso es algo que se aprende con el tiempo, con las películas que vamos sumando a la infinita lista de vistas, no es algo que viene programado, marcado en nuestro destino -¿o sí?-.

Yo
Mi visión subjetiva me dice que alguien que no ríe verdaderamente con una película, o no llora o no la sufre, se está perdiendo muchas cosas del mundo. Y sobre mí, digo que creo que no tengo sonrisa más real que la que esbozo cuando el protagonista es feliz o cuando se da cuenta que no necesita a nadie más que a sí mismo para ser feliz. Y que no tengo lágrimas más legítimas que las que aparecen cuando el protagonista pierde a alguien que ama o le rompen el corazón. Porque eso es lo que busco en este amor; liberarme de toda la realidad, y por el tiempo que dure el film, olvidarme de todo lo que me rodea, todos mis problemas, los malos momentos, los corazones rotos, hasta incluso las felicidades. Busco irme por un momento a otro universo donde yo estoy presente en la trama que estoy viendo y donde nada importa más que eso, olvidarme por un momento de que soy una persona real y existo con una vida real en el planeta Tierra.
No recuerdo como me sentí cuando empecé con este amor, pero sé y tengo muy presente cómo me siento.
Hay momentos de tu vida que no vas a olvidar; como cuando viste tal película con cierta persona, o cuando una persona en particular te recomendó una película o cuando cumpliste años y fuiste con tus amigos al cine. Diferentes momentos que marcan una vida –o muchas- y quedan plasmados gracias a una pantalla.
Los silencios, las sorpresas, las risas, los llantos. Cuando algo te penetra en lo más profundo de tu alma y tu corazón no se puede evitar ni mucho menos volver atrás, ya está ahí y nunca se va a ir. Es tarde para arrepentirte e intentar no ver esas imágenes que por el resto de tu vida vas a recordar y citar cuando encuentres un episodio real que cuadre.
Porque de eso siempre se trató. De reconocer en mi vida una escena gloriosa de una película o de citar una frase esperando que alguien entienda de qué hablo.
Ese amor por el cine de todas las épocas, el que me puede sacar una sonrisa o ayudarme a desahogarme y romper en llanto cuando los nudos en la panza son más fuertes que todo. Ese temblor no sólo en las rodillas, si no en todo el cuerpo, ese temblor que me avisa que nunca voy a olvidar lo que vi y escuché.
Eso es amor. Amor por el cine. Amor que no importa cuán criticado sea, siempre va a estar, nunca me va a defraudar y va a ser más real que cualquier otro.  

27.5.14

G

Puso el dvd de una de sus películas favoritas con la intención de despejar la mente, pero no duró más de diez minutos en sacarlo y poner en youtube Home, el tema con el que el drama romántico comienza.
Habían sido unos días difíciles que simulaban ser un subi-baja, al igual que sus emociones.
Abrazó la almohada y se acostó. Sus lágrimas humedecían su mejilla y se le acababan los pañuelos, pero no, no iba a salir de su habitación a buscar más. No iba a enfrentarse sola a la oscuridad de una casa vacía.
Estaba sola, lo sabía y eso era lo que hacía que se sintiera mal aquella noche. La soledad nunca había sido un problema, pero en ese momento parecía todo de un gris oscuro que iba oscureciéndose poco o a poco y no parecía faltar mucho para que todo se hiciera negro. Y ese era su mayor miedo.
Se acurrucó con la soledad en su cama recién hecha; el frío la obligaba a dormir abrigada y aún así temblar. Las sábanas completamente limpias emanaban ese perfume a menta con el que tanto le gustaba dormir y que tanto decía que hacía que sueñe cosas lindas. Pero lo lindo brillaba por su ausencia esa noche.
Apagó la luz y se dispuso a intentar dormir en silencio, todavía abrazada a su almohada. Sus últimos cuatro días volvieron a su mente en forma de oscuros flashbacks que le recordaban minuto a minuto todo lo que había vivido recientemente.
El problema no eran los malos momentos, si no lo terribles que habían sido como para opacar descaradamente a los buenos. Le habían pasado cosas demasiado buenas y únicas, pero aún así no podía sonreír, ni siquiera fingiendo.
Dicen que una persona tarda siete minutos en dormirse. Pero para ella no fueron siete, sino setenta al menos.
Al despertarse todo seguía igual. Su casa estaba sola, vacía y gris al igual que el cielo que empezaba a cubrirse de nubes.
Lo único que había logrado en esa noche de sueño era darse cuenta qué debía hacer. No podía dejar que todo siguiera oscureciéndose. Y aún sola como se encontraba decidió salir, mojarse con la lluvia, sentir lo real, la vida, ¡el hecho de estar viva!. Intentó prometerse a si misma no dejar que la oscuridad volviera a su vida, que aún sola como se encontraba en esa enorme casa iba a poder seguir, porque ninguna oscuridad duraba para siempre y eso era algo que tenía que aceptar.

6.1.14

UuUndergrounds

El subte estaba lleno como de costumbre.
Entraron por puertas diferentes, ninguno sabía que el otro respiraba el mismo aire cerrado.
Si tomaban el mismo subte, era porque iban a bajar en la misma estación, para ir al mismo lugar, a la misma hora.
Pero no fue así.
Entre medio de la gente trajeada sus miradas se cruzaron. Ella lo reconoció. Él la reconoció.
Ella le sonrió casi sin pensar.
Él la miró serio, sin siquiera hacer una mueca, sin siquiera mover un músculo. Porque él la había reconocido, pero hizo de cuenta que sólo era alguien más en medio del subte.
Él bajó en la estación anterior. Ella lo siguió con la mirada, perdida en el mundo negro de los maletines.
Ella bajó en la estación en que se suponía ambos bajarían para ir al mismo lugar, a la misma hora.
Subió las escaleras y trató de imaginárselo como alguien más de color gris..
Como él hizo con ella. Como ella quería hacer, pero sabía que no iba a poder.

28.12.13

A Case of You

¿Cuándo la obsesión por alguien puede convertirse en algo que nos ciega? Sam (Justin Long) sufre del famoso bloqueo de escritor y lo único que quiere es dejar de ser aquel -casi- mediocre que escribió una historia de vampiros basada en una película.
Como todo escritor frecuenta un bar donde su café y su macbook son sus únicos compañeros; hasta que ve en la chica que trabaja ahí, algo que llama su atención. Birdie (Evan Rachel Wood) es alegre, auténtica, espontánea; un pájaro libre que se muestra tal cual es sin miedo -o lo tomas o lo dejas-.
Como muchos alguna vez lo quisieron, Sam recurre al perfil de Facebook de Birdie con la intención de hablarle, pero termina decidiendo convertirse en el hombre de sus sueños, aunque no sabe todavía que eso no es tan cool como suena.
Bajo un ambiente indie donde los lunares, los discos de vinilo, el francés, el baile y la marihuana adornan la escena, Sam se olvida de quién es por un rato intentando que su musa vea en él a un hombre que pueda hacerla feliz.
Pero no todo es fácil, y eso es lo que él no puede ver. Cuando trata de parecerse al hombre que describe ella en sus estados de Facebook o en los videos o fotos que comparte, poco a poco pierde la esencia de si mismo y queda inmerso en un infierno del que despierta lentamente denominándose carne, y denominando filet mignon a Birdie.
Tarde pero seguro logra darse cuenta que tratar de ser alguien sólo para que la otra persona se fije en uno no es lo mejor que se puede hacer, siempre y cuando se espera que surja amor verdadero. El "te amo" que ella le dedica una fría noche es lo que hace que él se replantee toda esta situación, todo lo que está haciendo creyendo que es lo correcto. Justin Long vuelve a ser despistado, patético e increíblemente tierno, pero se da cuenta que ella está enamorada de alguien que él no es. -She said she loved me; she doesn't even know me-
¿Cuánto es posible mentir -stalkear- para agradar? Siempre se dijo que "hay que ser uno mismo", pero cuando uno mismo cree que no es suficiente para la otra persona ¿qué puede hacer? Nada, porque si uno cree que no es suficiente no lo va a hacer, no se trata de minimizarse creyendo que la persona que queremos enamorar nos va a mirar desde arriba juzgándonos porque no somos lo suficientemente indies para salir con ella.
El amor es difícil y siempre lo va a ser. Que pasen los años no va a hacer que sea menos sencillo enamorar-se-. Pero ¿qué tan lejos se puede llegar para enamorar? La obsesión por alguien no sólo nos convierte en stalkers sino que también nos quita lo que fuimos, somos y queremos ser ¿Estamos realmente dispuestos a dejar de ser quien realmente somos para que alguien se fije en nosotros?

5.12.13

Do I wanna know ?

I dreamt about you nearly every night this week.
Culpable. 

Cause there’s this tune I’ve found that makes me think of you somehow. And I play it on repeat until I fall asleep.
Me gustaba una canción, supe que a vos también. Después todo cambió, cada vez que la escuchaba pensaba en vos y en que podías ser esa suerte de la que hablaba, la que me mantendría sana y salva. 

If this feeling flows both ways? Sad to see you go, was sort of hoping that you’d stay. 
Decime que sentís lo mismo, que la tensión existe, que yo no estoy loca. Pero te vas, demostrás un poco de interés y te vas como si no te importara nada.

Baby we both know that the nights were mainly made for saying things that you can’t say tomorrow day. 
Aprovecho la oscuridad para exponerme y abrirme completamente, la luna se vuelve testigo de lo que siento y quiero que escuches lo que tengo para decirte. Mañana tal vez me arrepienta o aún peor, no tenga la valentía que tengo en este momento para decirte todo esto.

Ever thought of calling when you’ve had a few? Cause I always do.
No sólo la luna es testigo, también el alcohol. Siento libertad y liberación para decirte lo que siento. Son cosas que no pasan seguido, pero en un momento puede pasar de todo.

I’m sorry to interrupt. It’s just I’m constantly on the cusp of trying to kiss you.
Lo único que pido es que si no sentís lo mismo no me mires fijo, no me sonrías, no me prestes atención. Hace de cuenta que no existo. Tu sonrisa me puede más que nada y no puedo evitarlo.

We could be together, if you wanted to.
Danos una oportunidad, sólo eso. Si decís que si podemos estar sanos y salvos.

Do you want me crawling back to you?
Decime que sí.

Undergrounds.

Una vez más la calle era el escenario protagonista de su encuentro imprevisto. Con su caminata irritada esquivaba a los transeúntes que parecían tener la misión de malhumorarla más.
Se chocó con él como lo hizo con varios más durante su camino. Sólo que él no era otro más, era él.
Lo paró, le dijo "hola" sin titubear. Él le respondió amablemente, como si fueran amigos de toda la vida. En medio de la muchedumbre parecían estar solos. Los empujaban, chocaban, pedían permiso, "correte". Y ellos seguían ahí como si no supieran que estorbaban a los demás.
"Nos vemos" fue lo último que se dijeron. Él volvía del lugar al que ella se dirigía. Sus caminos seguían (casi) desencontrándose. Lamentó no haberse sacado ese pañuelo horrible que tenía puesto, pero claro no sabía que lo iba a encontrar. Pero en el fondo lo que más lamentaba, era pensar en ese pañuelo que el no había mirado, porque no le importaba. Chocarse con ella no había sido más chocarse con cualquier otra persona esa mañana.

15.3.13

The Lovers Are Losing (V)


Yo se que prometí no volver a hablar de vos, pero cuando logré ir a otra plaza, a sentarme en otro banco, pude darme cuenta de que yo había cambiado. No fue todo instantáneo, sino que el cambio ya venía sucediendo, pero recién ahora había logrado darme cuenta de eso. Había crecido, había podido enfocar mis energías positivas en otras cosas. Pude darme cuenta de que no te necesitaba para poder ser yo misma, para ser feliz, para que mi vida sea completa. Yo ya era quien era cuando te conocí aquella cálida noche de Diciembre. Por más irónico que sea, recuerdo que durante nuestra charla, donde no podía sacar la vista de tus misteriosos ojos que algo querían decirme, había empezado a conocerme un poco más. Nunca antes había tenido la oportunidad de abrirme con alguien, de la forma que lo hice ante vos. Tu mirada, tu sonrisa, tus palabras, me daban tanta confianza y seguridad, que las palabras que salían de mí fluían de una forma nunca antes vista. No sólo me abría ante vos, sino también ante mí misma. Palabra a palabra, dejaba que vos conocieras un poco más de mí, e inconscientemente entendía un poco más de mi vida. Estaba perdida antes de conocerte, no tenía destino fijo ni estaba segura de quién era ni qué quería hacer de mi vida.
Gracias a vos descubrí las cosas que realmente me gustaban, descubrí una personalidad muy, muy escondida en el lugar más aislado de mi conciencia.
Irónico y cómico a la vez, que aquello que vos me habías hecho conocer, sea lo mismo que me ayudaba a olvidarte, a vos y a tus ahora, aburridas historias..
Esa fría noche de marzo, en otra plaza, logré darme cuenta que ahora era quien era, gracias a vos. Que aunque ya no corrieras, ni compartieras más tus historias conmigo, me habían marcado de tal forma, que me habían ayudado a encontrar mi verdadero yo. Aquel verdadero yo que disfrutaba de su vida, de lo que hacía, que se encontraba más feliz que nunca. Aquel verdadero yo que lograba ser lo suficientemente fuerte para al fin correr en otra dirección, muy diferente a la tuya.

4.11.12

The Lovers Are Losing (IV)

Decidí volver a aquel banco de la plaza donde solíamos vernos, para ver si te encontraba. Atrapada en la ilusión de volver a verte y correr juntos una vez más, como si nada hubiera pasado. Aquella noche de noviembre me acerqué, al principio con miedo, temblaba. Estabas tal cual como te recordaba. Siempre con esa sonrisa que era imposible no ver, y esos ojos que aún me transmitían una sensación de misterio, y a la vez de interés. Te ví descansando, tomando agua de una botella que habías llevado. Me acerqué, te dije "Hola!". El resto de las palabras costaron en salir, estaba demasiado nerviosa, temblaba como si tuviera muchísimo frío. Me hablaste como si todo estuviera bien. Una conversación, breve, vacía, como si estuviéramos ahí y a la vez no, al menos vos.. Pronto percibí que no querías estar ahí conmigo. Los silencios incómodos comenzaron a surgir y despacio te alejaste y seguiste tu camino. Empezaste a correr como lo hacías normalmente, y yo me quedé ahí en ese banco, un poco triste. Poco después volviste, pero no estabas solo, corrías con alguien más, con una alguien más.. Quedé anonadada, shockeada, era algo que definitivamente no podía comprender. Yo sabía que estaba tardando demasiado en encontrar un compañero de paseo, pero era indescriptible cómo me sentí al ver que vos ya tenías una nueva compañera, con la que definitivamente estabas mejor. Que podía seguir tu ritmo, e incluso tenía tal poder sobre vos, que lograba que te adaptes a ella.
Creo que allí fue cuando finalmente pude comprender que lo mejor era dejarte ir. Que siguieras corriendo, de paseo, con aquella que podía atraparte, que hacía que dejes todo. De a poco fui aceptando que era lo mejor para todos. Decidí no volver más a aquella plaza, donde era seguro que te iba a volver a ver, con ella.
Dicen que a veces necesitas un incentivo para avanzar, algo que te shockee, golpee, e incluso a veces, que te duela. Y creo que eso fue lo que tuve. Un golpe frío y seco, pero cien por ciento efectivo. Finalmente decidí correr en dirección contraria a la tuya, para no verte más, para no quererte más.

15.3.12

The Lovers Are Losing (II): The Happy Ending

Unos pueden llamarlo cobardía, yo lo llamo cansancio.
Dejé que corrieras sólo, decidí no seguirte, porque si lo hiciste fue por algo, y yo no era quién para cambiar tu decisión. No voy a negar que me duele verte correr lejos mío, pero en este momento creo que es lo mejor. Probablemente me arrepienta de no haberte seguido, y más adelante piense, "¿Qué hubiera pasado si.. ?" pero jamás estuve tan segura de lo que quería, y en este momento era dejarte libre. Espero que llegues lejos, y que cuando te canses, encuentres otro banco para sentarte y admirar la noche, junto a alguien que disfrute escuchar tus historias.
Por mi parte, a mí sólo me resta esperar sentada en el mismo banco donde estaba el día que llegaste, esperando a que alguien más quiera compartir sus aventuras conmigo.

14.3.12

Like Crazy

     Tengo claro el concepto de una película, una serie o una telenovela. No son hechos verídicos, nada es realidad, todo es ficción. Pero por qué tienden a mostrar un universo tan paralelo ? Una utopía para ser más específicos. Todos son felices, aún pasando por tragedias, deslices o problemas, al final todo es felicidad y amor. No puede ser todo inventado, algo de ello debe ser cierto.
     A veces pienso, por qué a los protagonistas les es tan fácil conseguir lo que quieren, ser directos con sus sentimientos, no bacilar con lo que quieren.. Tal vez justamente por eso, por el hecho de que son los protagonistas.
     Hay momentos en los que simplemente quisiera que en la vida real, las cosas fueran aunque sea un poco parecidas. Que no sea tan difícil decirle a esa persona especial qué es lo que sentís, luchar por lo que querés, conseguir lo que querés, lo que tanto anhelas. Si tan sólo fuera un poco más fácil, creo que muchos dejarían de pensar en la soledad, en la tristeza.
     Igual sigo creyendo que desde pequeños tenemos una programación gracias al cine, lo que provoca que surjan estas dudas, muchas veces, existenciales.
     Yo hoy quiero ser la protagonista de mi propio mundo, donde yo tomo mis decisiones, y donde yo trato de ser feliz. Y la mejor forma de hacerlo, es dejar que la vida siga, las cosas fluyan. Tal vez no todo sea tan simple como en las películas, pero eso no depende de nosotros. El destino lo destina, y nosotros no tenemos ni voz ni voto en eso. Lo mejor es aceptar las cosas como son, buscarle el lado positivo, y sin miedo, animarte a más y muchas veces actuar como locos..

11.3.12

The Lovers Are Losing (I)

Era una tarde soleada, estábamos sentados en el mismo banco de aquella perdida plaza, donde nos vimos por primera vez. Miré hacia mi izquierda, y vi como corrías, como si algo o alguien te persiguiera, pero no había nada detrás tuyo. No sabía si correr hacía vos, si gritarte o simplemente dejarte ir. Hasta el día de hoy sigo sin saberlo.. Una noche de diciembre, estaba sentada en un banco de la plaza cerca de tu casa. Yo nunca te pedí que me hicieras compañía mientras disfrutaba del silencio, de la paz, de la soledad. Pero sin embargo te sentaste al lado mío y comenzaste a hablarme de tu vida. Ninguno demostraba interés, yo deseaba irme, pero tu mirada profunda me generaba intriga y quería saber que había detrás de ella. Las noches siguieron, se volvió una rutina estar sentados en ese banco, siempre en el mismo. Mirándonos, hablándonos, conociéndonos. Las historias se hacían cada vez más interesantes. Es por eso, que aún sigo sin entender qué fue lo que aquella tarde hizo que corrieras lejos mío. Tal vez fue eso justamente, que admirábamos la plaza durante una tarde, no durante una noche, como era costumbre.. Sólo quisiera saber si algún día volverás. Yo no te esperaba, no pedí que vinieras, pero tampoco pedí que te vayas..

10.3.12

Difícil saber lo que uno quiere, imagínate saber lo que el otro quiere.
El mundo se basa en ilusiones, en dolores banales, en espejos que reflejan lo que todos queremos ver. No hay peor forma de ignorar la realidad, que idealizar todo con mucha precisión y exactitud. Sin embargo, replantearse la situación de comenzar a pensar con consciencia, es una utopía, una utopía en la que todos creemos, y pensamos que algún día llegaremos a conseguir. Pero si en la vida todo fuera felicidad, no sabríamos qué es la Felicidad. Nos basamos en ilusiones para describir nuestra vida, nuestros actos, nuestro TODO. Es irrefutable el hecho de que todo sería diferente si no fuéramos tan idealistas, no estoy segura de que el mundo sería un mejor lugar, pero definitivamente no habría tantas banalidades. De todas formas, todos los seres humanos preferimos creer en lo que es mejor para nosotros, idealizamos, nos ilusionamos, y sufrimos. Pero así es el círculo vicioso de la vida..